'La cuestión ambiental nunca es la primera razón para comprar un producto'

¿Cuándo nació su empresa y con qué finalidad? Zicla nació en 2005 con la intención de crear una plataforma desde la que ofrecer al sector de la construcción los productos reciclados que había en el mercado, teniendo en cuenta que era en aquellos momentos un sector muy dinámico y con muchas posibilidades, tanto de generar residuos como de consumir productos reciclados. Con el tiempo vimos que la oferta de productos reciclados no era tan variada como habíamos pensado y que había que hacer más énfasis en desarrollar nuestros propios productos, de modo que pudiéramos controlar toda la cadena de valor. Poco a poco fuimos introduciendo criterios de ecodiseño en estos productos y luego buscar las certificaciones correspondiente para poder acreditar que se trataba de productos reciclados.

 

¿Qué importancia concede a la certificación? La certificación es muy importante porque es la única forma que tenemos de garantizar la trazabilidad del producto. Poco sentido tendría un producto reciclado fabricado con residuos que vienen de muy lejos: llevaría una "mochila ambiental" mayor por el hecho de tener que viajar miles de kilómetros y su valor ambiental quedaría muy disminuido. En relación también con la trazabilidad, el hecho de fabricar nuestros propios productos nos permite hacer el seguimiento completo del residuo, es decir, desde buscarlo, encontrarlo y estudiar su posible aplicación hasta ponerlo en el mercado ya como producto.

 

¿Dónde se busca y cómo se encuentra este residuo? Trabajamos con empresas que tienen residuos que antes estaban enviando a los vertederos y que, por una razón básicamente económica, querían cambiar esta forma de trabajar. En algunos casos también pesaba el hecho de que querían mejorar su comportamiento ambiental. Desde los inicios, cuando una empresa se ponía en contacto con nosotros, lo primero que les queríamos hacer ver es que no tenían un problema sino una oportunidad de generar valor. Para comprobar si de verdad existe esta oportunidad, hacemos un estudio previo a fin de determinar si un residuo tiene realmente algún potencial como materia prima para poder fabricar un nuevo producto.

 

Más en detalle, ¿cuál sería el proceso? Primero hay que saber si hay alguna tecnología en el mercado que pueda tratar este residuo para convertirlo en materia prima. Si este primer paso se supera, el siguiente paso es ver para qué sirve el residuo en función de sus características. Lógicamente, a continuación habrá que comprobar si, por precio, se puede hacer un hueco en el mercado. Si la competencia que tendrá en el mercado es muy grande en el factor precio, será muy difícil salir adelante con el producto reciclado. Por otra parte, hay que subrayar que existe la percepción por parte de muchas personas que si un producto está hecho a partir de residuos debe ser forzosamente más económico.

 

¿Cómo se explica esta percepción? Porque la verdad es que en general los ciudadanos no quieren tener mucha relación con los residuos y por tanto tienden a pensar que estos residuos no poseen ningún valor. Entonces de ahí se deriva la idea de que si alguien transforma algo que, en principio, no tiene valor todo debe ser muy barato. De todas formas la salida del producto en el mercado está condicionada por el precio. Efectivamente, el producto reciclado debe entrar bien primero por precio, segundo por calidad, y en tercer lugar porque es mejor ambientalmente que un producto convencional. Nadie le perdonará la vida a un producto sólo por el hecho de ser reciclado. La cuestión ambiental, por nuestra experiencia, nunca es la primera razón para comprar un producto. Es cierto que en ciertos ámbitos el producto reciclado puede generar una cierta simpatía, pero en general no es un factor determinante en la decisión de compra. Ni siquiera en las administraciones, que luego presumen de compra verde. Nosotros no podemos trabajar con visiones minoritarias en este tema porque no son representativas del conjunto.

 

Al estudiar el mercado del producto reciclado para poder impulsar su negocio, ¿cuáles fueron las principales conclusiones a las que llegasteis? Empezamos reuniendo toda la información sobre productos reciclados para hacernos una idea clara de cuál era la oferta, pero también la demanda. Y pudimos comprobar que los diagnósticos que existían sobre este mercado eran correctos, es decir, que la demanda era bastante pobre y la oferta también muy débil. Por lo tanto nuestra orientación fue trabajar en los dos ejes. La oferta, intentando enriquecerla, aunque ideando y fabricando nuestros propios productos. Y en cuanto a la demanda, haciendo estudios de consultoría para las administraciones de forma que pudieran identificar los obstáculos que les impedían salir adelante con la compra de productos reciclados y poder así actuar en consecuencia.

 

Pero ¿qué es más importante trabajar en la oferta o en la demanda en este caso? Como no es un mercado maduro, hay que trabajar mucho desde la oferta para que el público acabe finalmente adquiriendo el producto, pero sin necesidad de insistir tanto en que sea reciclado. Es un proceso que debe ir poco a poco. Las exigencias deben seguir una pauta lenta aunque persistente y creciente.

 

¿Cuál es la clave para hacer que el producto reciclado sea útil? Hay que buscar cuáles son los posibles nuevos usos que puedan aprovechar mejor algunas de las características propias del residuo que sirve de materia base. Un ejemplo lo tendríamos en las moquetas usadas de los coches. Observamos que estaban hechas con un material muy absorbente y muy resistente al fuego. ¿Y qué se acabó fabricando con esto? pues en primer lugar pantallas acústicas para poner en las carreteras de cara a minimizar los efectos del ruido en las viviendas cercanas. Y también se han fabricado tableros y tarimas, aquí ha primado la resistencia en general y al fuego en particular. Originariamente se pensaron para poner los pies dentro de los coches pero se ha demostrado que las características que tenían las hacían aptas para otras aplicaciones.

 

Elementos de coches que sirven para minimizar los efectos de otros coches cuando pasan por la carretera .. Es la manera óptima de redimir al automóvil de sus pecados, al menos en parte. Sí, alguien nos ha dicho que es como reintegrar el coche en la carretera. Es muy importante solucionar un problema con una respuesta ambientalmente correcta. Y aquí cabe mencionar la historia de la plataforma para mejorar la accesibilidad a los autobuses, que hemos desarrollado. Primero tuvimos un intercambio de opiniones con la EMT en el que planteamos una alternativa a las plataformas de hormigón. Nuestra plataforma era flexible y modular y naturalmente de material reciclado. Con ello dábamos la respuesta ambientalmente correcta a una cuestión social como es la necesidad de mejorar la accesibilidad al transporte público. En este caso la plataforma está fabricada con cobre y aluminio proveniente de cables eléctricos de media tensión, materiales pensados para tener muy buen comportamiento en la intemperie. Estas propiedades, totalmente válidas para la función del producto original, lo seguían siendo una vez transformado en un nuevo producto con una finalidad completamente distinta.

 

¿Cuáles son los perfiles profesionales que necesita para desarrollar su trabajo? Ingenieros, diseñadores industriales y ambientólogos. Quiero remarcar que contamos con la ayuda de una pequeña red de industrias que están dispuestas a hacer pruebas con los residuos para descubrir las posibles utilidades que pueden tener; esto es como disponer de una red de laboratorios.

 

¿Cuál es la razón que explica la buena disposición de las empresas? Las empresas quieren encontrar una alternativa a la situación de tener que enviar continuamente residuos al vertedero. Nosotros les ofrecemos esta alternativa intentando que un residuo tenga en el futuro un valor y un lugar en el mercado. Esto es empresarialmente interesante porque, en lugar de tener que pagar a alguien que lleve un material al vertedero, abre la perspectiva a recibir dinero por un material que tiene valor. Se trata de un cambio sustancial: un coste puede transformarse en un ingreso.

 

Es inevitable citar la palabra innovación en su trabajo productivo ... A innovación le pasa como sostenibilidad, que son palabras sobreutilizadas, pero de hecho para nosotros la innovación es uno de los puntos más importantes. Innovar en nuestro caso significa que en un proceso industrial que está funcionando se le aplica una pequeña modificación que permite obtener un material para transformarlo en un nuevo producto. Hay que tener en cuenta que cada actividad que se realice en la transformación, que no sea absolutamente indispensable, supone incrementar la carga ambiental del producto y el coste. De hecho no inventamos nada porque la industria siempre ha tenido presente la minimización del uso de recursos. Le tendríamos que preguntar a un joyero si nunca ha generado residuos cuando estaba trabajando el oro y la plata. ¿Siempre reaprovecha y por qué? Pues porque el material tiene valor. En la medida en que los materiales adquieren valor dejan de ser residuos.

 

Uno de los productos vuestros que ha tenido mejor acogida es el separador de carril bici cebra. ¿Cuál es la explicación de este éxito? Este es un producto que nació de una necesidad del mercado. El carril bici se estaba implantando en todos los municipios y nosotros quisimos buscar una pieza que por encima de todo garantizara la seguridad del ciclista.

 

¿En el sentido de protegerlo ante una invasión del carril por parte de un vehículo de motor por ejemplo? No sólo eso, porque esta función ya la hacen los otros separadores que existen en el mercado. Además, en este aspecto no hay seguridad al 100% ya que no se puede blindar completamente un carril bici. A no ser que se quiera una vía absolutamente diferenciada con una importante barrera física. Buscábamos una pieza que diera la seguridad ante una eventual caída del ciclista y por eso el separador no tiene aristas cortantes. El reto era hacer una pieza que fuera resistente pero a la vez suficientemente blanda para que si alguien impactara contra ella no se hiciera demasiado daño. Y además, se quería que fuera claramente visible y que se integrara bien en el escenario urbano. En este caso el material reciclado con el que está hecho el separador proviene de cables eléctricos y de residuos de persianas y de ventanas. El diseño del Curro Claret obtuvo el Premio 2009 al Diseño para el Reciclaje.

 

¿Qué pensáis, como empresa, cuando oís el término economía verde? Nos gustaría que la llamada economía verde no sólo fuera la inclinación hacia las energías renovables, que está muy bien, sino que también se hiciera énfasis en los recursos materiales, tanto los reciclados como los nuevos, de modo que la compra verde, que es una parte de la economía verde, acabara de consolidar.

 

¿Cuál puede ser la contribución de los productos reciclados en la salida de una crisis que los expertos apuntan a que será muy larga? Para salir de esta situación en que nos encontramos hay que crear nuevas fuentes de riqueza, que serán también nuevas fuentes de empleo. Nosotros hemos intentado desde el principio que los residuos se vean como un recurso para hacer nuevos productos y esto está directamente relacionado con la creación de riqueza. En cambio, si el residuo va al vertedero generamos todo un pasivo ambiental y estamos perdiendo oportunidades. No tenemos la clave para saber cuál es el peso que una actividad como la nuestra puede llegar a tener en la economía, pero lo que sí sabemos es que, si no hacemos productos reciclados, estamos malgastando recursos. En cualquier caso, aunque la economía se haga más pequeña y disminuya la actividad, siempre tendremos residuos.

 

Al principio de la entrevista hemos hablado de la construcción. Ha sido un sector refractario a los cambios y la innovación, al menos en nuestro país, ¿no es así? Sí lo ha sido y por otro lado es un sector en el que se abren muchísimas oportunidades tanto para los materiales reciclados como para los nuevos materiales. Y soy optimista en este sentido porque cámaras, gremios y colegios profesionales han tomado conciencia de que el sector debe renovarse y pienso que veremos los frutos de este cambio de perspectiva muy pronto. Hace unos años las empresas no tenían tiempo para pensar sólo para hacer y ahora, como ha bajado la actividad, es un momento ideal para la reflexión y para buscar alternativas más sostenibles de cara al futuro. Un ejemplo claro es el tema de los áridos reciclados que provienen de los residuos de construcción y de los derribos. No hay que empezar desde cero hay muchas posibilidades comprobadas y mucho conocimiento generado en este ámbito, sólo hace falta aplicarlo.

 

Fuente: Sostenible.cat/

 

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